Diario de un desgraciado
  Autor: Wender
 
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi 
  padre: 
  "hicimos lo que pudimos ..... pero salió"
Mi padre me cogió en brazos y acto seguido me tiró al 
  techo y dijo: "Si se 
  queda pegado, es un murciélago"
Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo 
  me quería como amigo.
Mi padre llevaba en la cartera la foto del niño que ya venía 
  en la cartera.
Mi padre era imbécil. Trabajaba en un banco y lo atraparon robando 
  
  bolígrafos.
Pronto me di cuenta de que mis padres me odiaban: mis juguetes para 
  la 
  bañera eran una tostadora y una radio.
Cuando era chiquito me regalaron un caballito de madera... y se murió.
Una vez me perdí. Le pregunté al policía si creía 
  que íbamos a encontrar a 
  mis padres. Me contestó: "no lo sé, chaval......hay muchos 
  sitios donde se 
  pueden esconder".
Trabajé en una tienda de animales. La gente no paraba de preguntarme 
  cuánto 
  iba a crecer.
Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron a mi padre un trozo 
  de 
  mi dedo. Mi padre dijo que quería mas pruebas.
Una vez me encontré a las autoridades sanitarias. Me ofrecieron 
  un 
  cigarrillo.
El último deseo de mi padre moribundo fue que me sentara en 
  su regazo. 
  Estaba en la silla eléctrica.
Un día me llamó una chica a casa diciéndome: "ven 
  a casa, no hay nadie". 
  Cuando llegué a su casa no había nadie.
A mi mujer le gusta hablar conmigo después del sexo. El otro 
  día me llamó a 
  casa desde un hotel.
Una vez ingerí un frasco entero de tranquilizantes. El doctor 
  me dijo: 
  "tómese una copa y acuéstese un poco".
Mi psiquiatra me dijo que me estaba volviendo loco. Yo le dije que 
  quería 
  una segunda opinión. "De acuerdo, también es usted feo".
Una vez me iba a suicidar tirándome desde un décimo piso. 
  Mandaron un cura 
  para ayudarme. Sus palabras de ánimo fueron: "preparados, listos....".